En el último año, se ha producido un aumento muy importante de los precios de los carburantes derivados del petróleo, lo que unido a su alto potencial contaminantes hace necesario la búsqueda de combustibles alternativos para los transportes de vehículos pesados.
Ante esto surgen tres alternativas al día de hoy, aunque todas ellas con sus ventajas e inconvenientes:
- El hidrógeno
- Combustibles derivados de residuos
- Vehículos eléctricos
Lo que buscamos es un combustible que pueda sustituir, al menos parcialmente al gasóleo, pero teniendo en cuenta que:
- Debe ser viable económicamente
- Debe existir una red de suministro suficientemente desarrollada para poder recargar, o en su defecto la posibilidad de trabajar de forma híbrida
- Y no debe limitar de forma sustancial las características de funcionamiento de los vehículos, esto es, capacidad de carga, potencia del motor, etc