La innovación ha pasado de ser cerrada y lineal, a ser abierta e interactiva; esto implica que las empresas reconocen la oportunidad de comunicar sus retos a la comunidad científica y tecnológica para que, a través de la cooperación se recaben las posibles ideas y soluciones que ésta puede proporcionarles, asumiendo así un riesgo menor que si desarrollasen internamente sus propias soluciones.